Mi historia de Carnaval

Era la segunda o tercera vez que viajaba a São Paulo a hacer un curso por la firma, viajando de avión y estaba alojado en un excelente hotel (padrón 4 estrellas) en la Av. Ipiranga en pleno centro de la ciudad.

Recuerdo hasta hoy la primera vez que bajé a desayunar, con una mesa de mas de 10 metros cubierta de frutas tropicales, panes, quesos, jugos y fiambres.

Una vez servido mi plato se acerca el mozo y llena mi taza con algo caliente que supuse que era té, como estaba con bastante sed me lo tomé de un solo sorbo comprobando que estaba sin azúcar y era solo "agua"... para calentar la taza!!!!!

Al volver el pobre empleado, se quedó pensando a donde había ido a parar el agua, claro que me hice el otario y no le di ninguna explicación...

Bueno se acercaba el carnaval y yo no conocía Río de Janeiro, así que separé un poco de ropa en una mochila y me fui a la terminal de ómnibus a comprar un pasaje para la Ciudad Maravillosa.

La terminal es increíble con posibilidad de estacionar 200 ómnibus simultáneamente, al llegar a los balcones una verdadera lucha se desató entre los vendedores de varias compañías disputando a los probables clientes a grito limpio, aquí, aquí!!!!!

Compré uno que prácticamente me arrebató el dinero entregándome el boleto, con la advertencia "corra que el ómnibus esta saliendo".

Y yo pensando que exagerado serán todos así???

Al terminar de bajar la escalera y llegar a mi portón de embarque el ómnibus ya estaba cerrando la puerta y yéndose, tuve que golpear para que parase y poder subir.

Bueno salimos por la rodovia Presidente Dutra, en un viaje de aproximadamente 6 horas hasta Río de Janeiro.

Una vez llegando en la Rodoviaria Novo Río, me tomé un ómnibus con destino a Copacabana, viendo todos los paisajes que tantas veces había visto en la televisión, diarios y revistas.

Av. Brasil, Av. Presidente Vargas, área central, aterro do Flamengo, Glória y después los tradicionales barrios Flamengo, Botafogo (divisando el Pão de Açucar y el Cristo Redentor), pasando por el túnel y viendo en el horizonte la Av. Atlántica en Copacabana, caminé bastante llegando hasta Ipanema, cuando una suave garúa me obligó a refugiarme en un caño de una obra en construcción.

Miraba y no podía creer al fin estoy aquí, llegué a una de las playas mas famosas del mundo.

Bueno pasé el día vagando y conociendo toda la ciudad, todos los hoteles llenos de turistas y debido a mi limitado poder económico no podía aspirar a más que aquellos hoteles "donde la estrella es usted".

Fui hasta donde se realizaba el desfile, sintiendo "en carne propia" la vibración de la batucada" calentando los tamboriles para entrar en la avenida.

Como a la 1 de la madrugada volví a la playa en un omnibus que parecía que el chofer habia tomado unas cervezas de mas y amenazaba volcar en cada curva y por allí me quedé con un argentino que conocí en identica situación a la mia...

Nos arreglamos como pudimos para pasar la noche, como toda defensa tenia un cortaplumas...

Como a las 3 de la madrugada llegó la policía peinando la playa, pero no nos incomodaron, solo corrieron a las parejas que allí estaban.

Ahora 35 años después me horrorizo pensando lo "inconciente" que fui, buenos eran otros tiempos menos violentos, y podía cometer lo pecados de la juventud!!!!

Me despiertan unas voces muy cerca... eran las 10 de la mañana, todo el mundo de biquini y nosotros todos reventados por la humedad de la arena, tratamos de reponernos y en un bar cercano nos lavamos como pudimos tomando un jugo y un pastel, digo otra noche así yo NO paso.

Me despedí del amigo ocasional que regresaba a su país y decidí arriesgar del otro lado de la bahía de Guanabara en la ciudad de Niteroi que queda enfrente a Río, en la esperanza de que no hubiesen tantos turistas.

Fui hasta el terminal de las barcas, que salen de 30 en 30 minutos, con uno de los paseos más lindos que conozco en el mundo..

Al llegar me dirijo hasta una pensión que me indicaron donde conseguí mi famoso cuarto, limpio con cama y con baño propio un lujo comparado con la terrible noche pasada , pero que no llegaba ni a los pies de mi "palacio" que dejé en São Paulo, todo por conocer la famosa Río de Janeiro.

Fui a la playa tome un regio baño, dormí una siesta, conocí a pie los barrios de Flechas e Icaraí que tienen la vista mas bonita de Río de Janeiro visto desde el otro lado de la bahía.

Como a las 7 de la noche salgo a caminar, cuando veo una linda muchacha, bailando sola en la calle, me dejó hipnotizado y con el corazón saltando por la boca, comencé a conversar con ella si quería que la acompañase, etc.

Después de un par de horas de charla, le digo si hoy de noche va a algún lugar a "sambar", me dice que le gustaría pero que no puede ir sin que sus padres la autoricen.

Le digo no hay problemas, vamos a tu casa, me presento y pedimos el permiso.
A lo que ella concordó....
Fuimos junto con su hermana y hermano hasta el ómnibus que iba a su barrio São Gonçalo.

Dio tantas vueltas que perdí absolutamente el sentido de orientación, en los 45 minutos de viaje, cuando me dicen es aquí...
Bajamos y traté de fijar bien el lugar:
Al lado de un morro, enfrente a una carpintería y con una plaza al lado.

Allá caminamos unos 200 metros llegando a una humilde residencia.
Salir de noche con un desconocido y encima "castelhano"...Ni hablar
Pedido hecho, pedido negado!!!!!!!!!!!!
Le digo bueno que tal si nos encontramos mañana de mañana???
Bueno me dice, como a las 10 voy a la playa de Rosas, te espero en la terminal de ómnibus.
Y así me regresé hasta el centro a dormir.

Al día siguiente 15 minutos antes de la hora combinada allá estaba yo de bermudas, y con unos lentes rayban.
Bajó mucha gente y varios ómnibus, pero no pude localizarla, e imagino que ella tampoco me reconoció en ropa de baño y encima con lentes grandes y obscuros.
Claro que tenté re hacer el trayecto, existen varias líneas de ómnibus que van a São Gonçalo, como también existen decenas de morros, plazas y carpinterías.
Volví a São Paulo a terminar mi curso.

He regresado a Río de Janeiro decenas de veces y las mismas veces durante 6 AÑOS, tenté reverla con idéntico resultado.
Nunca mas conseguí localizar su casa, ni se su nombre, solo guardo un tierno recuerdo de mi juventud y de:

UN CARNAVAL QUE PASO EN MI VIDA!!!!!!! .